Título: La casa de los espíritus.
Autor: Isabel Allende
Editorial: Sudamericana (Plaza y Janés y DeBolsillo para España)
Páginas: 529
ISBN: 9789500728393
Autor: Isabel Allende
Editorial: Sudamericana (Plaza y Janés y DeBolsillo para España)
Páginas: 529
ISBN: 9789500728393
Primera novela de Isabel Allende, La casa de los espíritus narra la saga de una poderosa familia de terratenientes latinoamericanos. El despótico patriarca Esteban Trueba ha construido con mano de hierro un imperio privado que empieza a tambalearse con el paso del tiempo y un entorno social explosivo. Finalmente, la decadencia personal del patriarca arrastrará a los Trueba a una dolorosa desintegración. Atrapados en unas dramáticas relaciones familiares, los personajes de esta poderosa novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de una época que abarca gran parte de este siglo.
Este es un libro que me habían recomendado muchísimo con anterioridad, tanto porque soy muy fan de la escritora y porque las personas quienes me lo recomendaban coincidían en que les había parecido una muy buena novela.
Es imposible no tener altas expectativas de un libro con tanta fama y renombre, lo cual añade un peso subjetivo adicional, como si la escala con la que lo evalúas estuviera un poco más elevada.
Puede ser que se aborde también con escepticismo. ¿Será tan bueno? ¿Lo lograré comprender? ¿Me aburriré a medio leer? Siempre se ha dicho que no se debe juzgar a un libro por su portada, y es cierto, pues existen muchos prejuicios dentro de la literatura, y aún así, luego de esa breve reflexión, acabo concluyendo que los reconocimientos que ha recibido La Casa de los Espíritus, son muy merecidos.
Mi opinión no discrepa mucho de la impresión que tenían los que me lo recomendaron, aunque por el nombre y la portada, esperaba otro tipo de trama la verdad, pero tampoco me decepcionó.
Conoceremos a Esteban Trueba, un hombre de muy mal carácter, que por motivos que no revelaré, se casa con la hermana de su prometida, Clara del Valle.
Clara es una joven bastante particular, tiene la habilidad de hablar con espíritus y es clarividente, pero también su personalidad es peculiar, es muy tranquila y algo distraída, pero no tonta. Ella fue uno de mis personajes favoritos, junto a su nieta.
A Esteban, aunque al principio me agradó, más tarde lo odié y con ganas. Mi amistad hacia el no pasó más allá del tercer capítulo, así que les recomiendo que no se encariñen mucho con él pues se llevaran una gran decepción.
La novela nos muestra cómo transcurre el matrimonio de Clara y Esteban, y también nos adentra en lo que vivirán sus hijos y sus nietos, la historia de tres generaciones envueltas en un contexto político-social complejo, no es de extrañar que la novela culmine luego de un acontecimiento histórico que aún causa polémica en Chile (lo digo como chilena).
Así es como no solo se ve cómo los tiempos van cambiando, sino que también los personajes van mutando en lo que a personalidad se refiere, lo que los hace muy dinámicos, y por lo menos a mí me agradó leer cómo los descendientes de los Trueba iban creciendo.
Me parece una novela interesante, entretenida, pero que a ratos se vuelve muy lenta y agotadora, no es un libro que uno pueda leerse de una pasada, porque si bien la trama no es mala, requiere una lectura pausada.
No hay que menos preciar el análisis social y político que presenta esta lectura, la relación de los Trueba con el gobierno, con sus empleados, con la gente de su misma clase social, con las personas de clase baja y, en general, con el mundo que los rodeaba.
Por supuesto que la novela contiene aquellos tintes de realismo mágico que acompañan la prosa de Allende, como cabellos que cambian de color (tal y como el de la portada de la edición que he leído)
Aún así, es algo muy distinto a lo que había leído antes. El argumento es sencillo a simple vista. De la sinopsis podemos concluir que trata la historia de una familia acomodada y la vida de sus descendientes, abordando temáticas tan complejas como la muerte, el amor, las relaciones familiares, las clases sociales, la revolución, entre otros. Combina, de manera notable, lo que significa conservar y ejercer el poder en una época compleja, frente a la desgracia de muchos.
Y luego, nos enseña que por más acomodados que se encuentren las personas que llevan un apellido en común, su subsistencia está rodeada de males y crueles secretos.
En casi todas las familias hay algún tonto o un loco, hijita. A veces no se ven, porque los esconden, como si fuera una vergüenza. Los encierran en los cuartos más apartados, para que no los vean las visitas. Pero en realidad no hay de que avergonzarse, ellos también son obra de Dios.Clara del Valle.
“Tenía la ternura torpe de quien nunca ha sido amado y debe improvisar.”
Isabel Allende - La Casa de los Espíritus
-Cuando sea grande, me voy a casar contigo y vamos a vivir aquí- dijo en un susurro.Pedro se la quedó mirando con expresión de viejo triste y negó con la cabeza. Era todavía mucho más niño que ella, pero ya conocía su lugar en el mundo. También sabía que amaría a aquella niña durante toda su existencia, que ese amanecer perduraría en su recuerdo y que sería lo último que vería en el momento de morir.
Pedro Tercero García y Blanca Trueba.
Isabel Allende es una escritora chilena, nacida en Perú en 1942, incluida en la tradición del llamado Realismo Mágico, y considerada una de las novelistas de mayor éxito de Latinoamérica. Trabajó como periodista en Chile (en la revista femenina Paula , en la publicación infantil Mampato, y en algunos programas para televisión y documentales) de 1964 a 1973, cuando se vio obligada a exiliarse en Venezuela después del asesinato (1973) de su tío, el Presidente de Chile Salvador Allende Gossens.
Ha trabajado también como periodista desde 1975 hasta 1984 en Venezuela (en el periódico El Nacional) y ha publicado artículos en periódicos y revistas en América y Europa y enseñado literatura en la Universidad de Virginia, Charlottesville Montclair College, New Jersey y en la Universidad de California, Berkeley.
Cuando en 1981 recibió la noticia de que su abuelo de noventa años se estaba muriendo, Isabel Allende empezó a escribir una carta que posteriormente se convirtió en el manuscrito de La Casa de los Espíritus (1982). Generalmente se la incluye entre los clásicos de la literatura latinoamericana.